Le baiser du marché. Robert Doisneau.
Me habla de amor
como quien habla de mecánica.
Un amor geométrico,
un amor al ras del suelo,
lavado, planchado y guardado
hasta el próximo uso
en el cajón de los pasos perdidos.
De mente poco cuadriculada,
a la sombra de un almendro en flor
columpio mi deseo entre sus pétalos,
embriagada por los filtros del amor
elaborados allí arriba, en el cielo
de mi cerebro donde reina la desmesura.
Anne, buena fotografía, para buenas letras…, poesía primaveral, cuando el amor es primavera o llega la primavera del corazón para percibir y sentir amor que crece geométricamente bajo el amparo de un almendro en flor…”Bello”
Sabes¡…, Aquí en la otra costa es otoño, pero parece primavera¡
Un abrazo, felicitaciones por las letras de primavera…
C.
Carlos, ya sé que para ti es otoño…pero hablo de la primavera del corazón que en cualquier estación florece. Gracias…y muy feliz primavera!
Un abrazo,
Me han gustado especialmente el cajón de los pasos perdidos, y el cielo de tu cerebro.
Aunque yo hablara de amor como quien habla de mecánica, no podría molestarme que me mandaras ese abrazo, que acepté gustoso.
Saludos.
Alan, estoy segura que no hablas de amor como de mecánica. Me gusta lo de los pasos perdidos porque me evoca la estación de Saint Lazare y su sala de los pasos perdidos, en cuanto al amor creo que su cuna es el cerebro.
Te mando otro abrazo,
… a ese, ni caso…, déjale que siga con sus mecanos…
Rafael, aie! Que cambiante es la gramática del amor!
Bellos versos y bellos sentimientos de primavera. Un saludo
Concha, hoy la primavera nos ha hecho tilín! Un abrazo,
Este es un tiempo de pétalos, de cielo y de desmesura y qué mejor forma que celebrarlo con un poema.
De nuevo, te me has adelantado; otra foto de Doisneau que tengo guardada en «mis imágenes» esperando la ocasión adecuada. Hoy, sin duda, era el día para esa foto.
¡Feliz primavera, normanda!
zambullida, seguro que tienes muchas fotos de Doisneau en reserva! Te deseo una muy feliz primavera, llena de alegría, de proyectos y de esperanza.
Un abrazo,
Breve, pero has hilado bellas metáforas para describir la intimidad de Ella. Esta hermoso, con etrecomillados que te dice Carlos. Ah la primavera donde el cerebro revolotea y suspira y se decide… un abrazo y un beso querida amiga Rub
…rub, y tan breve! Solo es un pequeño poema para celebrar nuestra primavera vital que nada tiene que ver con las estaciones ni con los años. Un abrazo querido rub,
Me encanta Doisneau, y tus letras que acompañan la foto, ay el amor guardado hasta el próximo uso…habrá que meter también el cajón la naftalina para que no se apolille. Un abrazo.
Elena, la foto de Doisneau rezuma el amor del que sueña la protagonista de mi poema. Un amor lleno de la felicidad del día a día.
Un abrazo,
«en el cielo
de mi cerebro donde reina la desmesura» me ha fascinado esta frase…
…aunque queramos darle forma al amor,
parece que el se expande a su antojo;
a veces como la primavera que percibimos desde afuera, estacional,
pero en nuestro corazón interior se antoja imperecedero, amplio y sin mesura…
Un abrazo!
flori, el amor romántico debe de ser desmesurado, la mesura lo hace pequeño.
Un abrazo,
Me encanta ese final: «en el cielo de mi cerebro donde reina la desmesura» Nombrar tu cerebro así, frente a ese otro que es todo cuadricula… me llena.
Un abrazo.
Ana Maria, en nuestros cerebros lo que si reina es la imaginación! Un abrazo,
Breve, en efecto, al igual que la primavera, más no por ello el romanticismo en cualquier otra estación ha de perderse.
Me agrada intercalareis la mecánica y geometría con vuestra poesía.
Abrazo 🙂
Ericka, la primavera el corazón altera, eso cuenta el dicho.
Un abrazo,
Anne, ya comenté este poema en Facebook. Ahora añado que me gusta enormemente lo que dices en uno de tus comentarios, lo de «la primavera del corazón que en cualquier estación florece». También me gusta tu recuerdo nostálgico de la estación de Saint Lazare, que siempre me pareció «colgada» de la «butte» de Montmartre, quizá porque cuando la conocí, durante mi primer viaje a París (¡cuántos años han pasado ya!) bajaba de allí por auquellas calles con nombres de ciudades: Amsterdam, Londres, Berne, Moscou…
Albert, espero que te llegue este comentario porque ya lo he escrito dos veces y se ha borrado! A WordPress le debe de afectar la primavera.
Que no hay edad para la primavera, lo creo a pies juntillas, sobre todo desde que ya no soy joven!
Muy bonito sobre lo que comentas sobre la Gare Saint Lazare, la salle des pas perdus tiene para mi una fuerte carga poética.
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¡Cómo puedes decir «desde que ya no soy joven! ¿Que no sabes que la juventud es un estado de ánimo y no una acumulación de tiempo superada, como siempre nos han hecho creer, engañándonos? ¡Rectifica esa ingenua creencia, amiga mía! La juventud dura mientras queramos ser jóvenes, aunque el cuerpo se obstine en hacernos pensar que meduramos y luego vamos envejeciendo. El cuerpo es el envoltorio, el regalo está siempre dentro.
Qué bonito! Me encanta! Siempre seré joven y llena de sorpresas…como una piñata1
Hola Anne
Excelente poema, bien escrito y dedicado además a mi estación favorita del año.
Te mando un abrazo
Gracias AB. a mi también me gusta la primavera y tal como está el mundo, un poco de serenidad nos viene bien a todos!
Un abrazo,