De: Anne
Para: ti
Enviado: Lunes, 22 de agosto de 2011
Asunto: te mando unas fotos de la playa de Omaha Beach, 67 años después del desembarco, esperando me perdones mi silencio tan reiterativo.
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La niña abraza el mar que palpita en ella, la playa se extiende sobre su piel, el azul del cielo colorea sus ojos, el vuelo de los pájaros agita sus manos. Su alma se hincha de deseo, las olitas blancas de la orilla le tatarean una melodía serena. En su sonrisa brilla la vía láctea.
La niña ignora el nombre de la playa, “Omaha Beach”, así como su longitud: ocho kilómetros. Ignora que sobre esta arena, donde construye torreones para princesas inventadas, murieron miles de hombres en ocho horas. Ocho horas, ocho kilómetros.
La niña no sabe que, donde está saltando de alegría, hubo minas, erizos de acero, ametralladoras. La niña conoce los días grises, de un gris volátil, borrado por una simple caricia. Desconoce el gris plomo que obtura el grito hasta ahogarlo y convertirlo en un agujero fétido.
A la niña no le gustan las estructuras de hierro recubiertas de algas que salpican la playa; cuando pasa a su lado un escalofrío la recorre al igual que cuando salta algún monstruo de las páginas de un cuento.
Cuando el sol empieze a declinar en el horizonte, la niña volverá a casa después de haber escalado un bunker medio enterrado.
Cogerá la calle del soldado Calandrella, una calle de flores, la más bonita del mundo.
Las flores le cosquillearan las piernas y, como todos los días, la niña correrá ebria de libertad como lo hacía el niño Calandrella después de un día de juegos entre inmensas praderas.
Ojalá esos episodios no se repitan jamás y todas las niñas puedan pasear por la playa libres y felices.
Un abrazo Anne
Ojalá Mercedes! Ojalá… aunque la locura humana no parece tener límites, es bueno intentar ser optimistas, día trás día… globalmente, por lo menos para mi, me resulta imposible.
Un abrazo querida y atenta Mercedes,
La niña es ajena a la barbarie humana. Ya tendrá tiempo de aprenderla, para que ponga su granito de arena en que no se repita, pero ahora es tiempo de jugar.
Buena entrada. Me gustan también los encabezados, como si nos mandaras correos electrónicos. Perdonamos tu ausencia por esta vez, pero que no se repita. 😛
Saludos.
Alan, gracias! Lo de los encabezados, a la manera de los correos electrónicos, lo hago en verano. En realidad cuando sigo un blog desde hace tiempo, me parece que conozco al escritor, a veces mejor que personas a las que conozco realmente. La escritura, aunque no se escriba en primera persona, revela mucho del ser humano. Me gusta esta relación, amigo Alan.
Un abrazo,
P.S. a partir de ahora voy a intentar ser formal!
Gracias por tanta belleza, que intenta mitigar la tragedia, el ruido de las armas y las explosiones en aquel maravilloso lugar profanado por los «souvenirs» envejecidos de la historia. Esa niña es la esperanza, el sueño y el porvenir: que la ceguera de la humanidad respete esos sueños, mantenga esa esperanza y haga que su porvenir sea al menos digno, porque ello supondrá que hemos sido capaces de vencer una vez más a la soberbia y la infame ambición de unos pocos. ¡Ojalá que esa niña que abraza el mar e intenta volar como los pájaros se convierta en un símbolo y no sea sólo una ilusión!
Gracias también por transmitir tanto y tan bien, Anne.
Un abrazo.
Albert, me encanta como me traduces! Es una gozada! Me han enseñado a escribir sugiriendo, a escribir sin decir. Tú escribes lo que no he escrito y me hace feliz. Gracias de corazón.
Un abrazo,
Hermosa remembranza de un trágico evento histórico que permitió el renacer de nuevas flores… y niños.
Saludos
Michaelangelo, muerte, vida, muerte, vida… la cadena que da sentido a nuestra existencia.
Un abrazo,
Hermosa playa, hermosa niña y hermosas flores. Se agradece la parte histórica, la tenía muy olvidada. Me encantaría hacer el recorrido de esa niña.
zambullida, la parte histórica aflora aquí en todas partes. La vegetación ha escondido el espanto. El recorrido que hace la niña no sería el mismo porque tú eres tú y ella, ella. No tenemos uniformes! Afortunadamente!
Un abrazo,
Anne, me ha conmovido hasta el alma leer tu texto. Soy venezolano descendiente de españoles, y tengo dos familiares (valencianos, y cuyo único pecado en su ignorancia de labriegos fue apuntarse al bando de los perdedores) que murieron gaseados en Mauthausen, el Campo de los Españoles. No pude evitar recordarlos hoy. Gracias por ello. Un abrazo en la distancia.
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P.S.: ya me he apuntado para recibir tus entradas. No tienen desperdicio.
Jerónimo, la historia de tu familia me ha dolido muy hondamente. Mi padre fue miembro activo de la resistencia, me consuela un poco. No encuentro palabras para contarte mi emoción, todas me suenan huecas. Lo único de lo que estoy segura es que un comentario como el tuyo es la mejor recompensa que puedan otorgar a mi escritura. Gracias.
Un abrazo fraterno,
Anne
Nos haces sentir emociones encontradas, la belleza de la niña abrazando el mar, la playa y la cruda historia de lo que allí sucedión, cuando la muerte cabalgo entre el mar y la piedra. Excelente tu prosa y las imagenes que nos dejas ver para que nuestra experiencia se acerque a lo vivencial… un beso Rub
Rub, la niña en contraposición al horror, y su inocencia a la crueldad. En cuanto a su alegría de vivir un homenaje a los que dieron su vida para defender la libertad y a los a quienes les arrebataron la dignidad antes de asesinarlos en masa.
Un abrazo,
Anne
Cuanta historia en este relato conmovedor y como un amanecer de la vida nos lleva a imaginar las dos caras, la de ayer el pasado “Una playa del horror” y hoy esa niña representa el futuro que todos queremos para nuestros niños…
Anne, le das a tus letras como siempre sabor real, con todos los condimentos que un buen escritor utiliza para hacer interesante y bella la escritura…, sabes y eres buena para eso…
Un abrazo Amiga…
Carlos, te agradezco los cumplidos sobre mi escritura, me hacen ilusión y me empujan a seguir. En cuanto al ayer, lo tenemos que recordar viviendo lo que nos brinda lo BUENO del presente.
Un abrazo, amigo Carlos
Anne
o tempo, como esta água do mar, lava a memória das coisas e ainda bem que assim é, senão andaríamos todos envergonhados da humanidade que fomos ( e somos…?). Ainda bem que o mar vermelho de sangue de há 67 anos voltou a ser azul e transparente para que aquela menina possa brincar sem medos e sem fantasmas dentro da sua alegria.
Sem poesias consuladoras, com total realismo, esperemos que nada se repita pois infelizmente penso que aqueles que de cara tapada e escondidos pela noite destroem Londres não serão gente de coragem para conquistar falésias verticais ou correr praias lisas de peito aberto e cara levantada, nem os mesmos (outros) que incendeiam os arredores de Paris, teriam coragem de ser a Resistência de hoje.
PS: há coisas que tem de ser olhadas de frente.
PS’Fiquei a pensar no teu escrito anterior. Penso que seria um tema que podias romancear com êxito. Dá com a tua escrita e a tua sensibilidade (julgo…).
xico, no me inspira ninguna confianza nuestro presente y creo sinceramente que cuando los pueblos se encuentran en una situación critica, desorientados y a falta de ideales se agarran a un hombre totalitario, por llamarlo de algún modo. Personalmente me inquieta, quizá por ello, he escrito este post «pour me rassurer».
P.S. En cuanto a mi escrito anterior, quizá lo que me falte es capacidad para desarollarlo! Lo voy a intentar!
xico, se me olvidaba el abrazo!
Me ha gustado esta contraposición de la vida en las tristemente famosas playas de Normandía. Esa niña que juega sin saber de las miserias que acogieron sus arenas. Eros hierros retorcidos que se recubren de algas y el camino florido que recuerda a aquel soldado desaparecido. Muy bellas imágenes Anne. Gracias por compartirlas con nosotros tu ejercito fiel.
Concha, la inocencia contra la maldad. Gracias Concha! Un abrazo,
PS. Ejercito, no por favor! Pandilla de seres humanos que comparten la misma afición.
«sentada encima del bunker comtemplando el horizonte»
Vejo a dor de uma mulher que sofre, mas sofre sem lágrimas. Essa mulher que olha de frente o nevoeiro donde saiu quem matou o seu sonho, não é nisso que pensa; ela imagina a vida que não teve e na qual talvez nunca tenha verdadeiramente acreditado.
Começando na festa do casament tradicional e acabando com os netos bricando na praia onde o véu do seu vestido de noiva alegrou um dia a manhã, escreverás senão um romance, pelo menos uma belíssima novela
Um abraço
xico, mujeres y hombres que sufren sin lagrimas y se dejan llevar por la corriente de la vida, hay muchos, no te parece? Mi concepto de la felicidad es mucho mas modesto ahora que cuando era joven: disfrutar del momento. Me encantaría escribir una novela sobre la felicidad y su contrapunto, sobre » Les illusions perdues» … pero es tan difícil escribir sentada encima del búnker contemplando el horizonte! Gracias xico, y… un abrazo!
Concha escribió «ejército» sin mala intención, pero no sabes cómo te agradezco, Anne, que hayas puesto las cosas en su sitio. Hay palabras odiosas, y «ejército» es una de ellas (al menos para mí, que lo tuve que sufrir contra mi voluntad y muy lejos de mi tierra, so pena de ir a prisión, «militar», por supuesto). Eso me lleva a la misma triste conclusión que te asusta, Anne, y también me asusta a mí: la idea de un posible (y no improbable) regreso a un totalitarismo.
Hemos de luchar con todas nuestras energías para que los niños de ahora tengan un futuro en libertad, pero sólo con la palabra y las manos en alto (ya ves que tampoco quero usar el sustantivo «arma», tan atroz también).
¡Pero que no cunda el pesimismo después de tu bello grito de esperanza!
Albert, veo que no soy la única en temer la vuelta al totalitarismo, nuestros tiempos revueltos se prestan a ello. Pero, sabes que te digo? Abajo el pesimismo, y arriba la vitalidad de los niños! En cuanto a Concha, amiga mía, ha empleado la palabra ejercito de forma coloquial pero, al igual que a ti, esta palabra se me atraganta, y como aquí nos reunimos personas sensibles a las palabras, me he tomado la licencia de rectificar.
Abrazos,