Le Mont Saint Michel by Michael Kenna.
Pisa la arena, la mirada perdida en el horizonte. Es consciente de su pequeñez, de su fragilidad, tan indefenso, tan hambriento, tan terriblemente cansado como el peregrino en busca de salvación.
No se siente observado por el ojo de Dios sino por el de Google Earth, ojo que le permitió descubrir el lugar donde se halla.
Ojo de alta tecnología que le funde en la masa de los millones de granos de arena que tan agradablemente le cosquillean la planta de los pies.
Ser grano de arena… no le disgusta la idea. Pero más liviano; ser el contorno de un grano de arena. Transparente como un ojo de Magritte.
Transparencia donde se cuelen nubes, donde naufraguen olas y vuelvan a nacer en el continuo ir y venir de su corazón; transparencia ambivalente y veloz de las mareas, transparencia de su alma, noche sin luna.
Transparencia que se ve bruscamente interrumpida por un pinchazo en el pie derecho. Ha pisado un trozo de metal oxidado. La sangre brota de la herida a borbotones recordándole la piel donde habita. Piel con fecha de caducidad y que de repente le oprime como las mazmorras de la abadía.
Le Mont Saint Michel by Michael Kenna.
Esta zona de Francia la desconozco pese a varios intentos por viajar y visitar la Abadía. Es un lugar precioso, mágico.
Javier, te aconsejo visitar el Mont Saint Michel en otoño o invierno, porque siendo el segundo lugar más visitado de Francia, es un lugar intransitable, el resto del año.
Un abrazo
¡Fantásticas fotos! No me importaria tampoco ser grano de arena. En realidad, ya lo soy, aunque raras veces me pare a pensarlo, aunque yo sí siento y padezco. No todo es perfecto. Disfruta de tu bella Normandía.
Kenna es un maravilloso fotógrafo. Le devuelve al Mont Saint Michel toda su magia. Por mi parte me siento a menudo como un grano de arena en el universo.
Un abrazo
Anne
sentir-se grão de areia sim, quando se tem a lucidez de saber que todos os outros também o são. Nunca me sinto grão de areia perante os outros, porque reconhecer a superioridade de alguém nisto ou naquilo, não é inferoridade é intelegência. Não percebo muito bem o que é isso dos “grandes deste mundo” …partindo do príncipio de que há outro.
Conheço o Mont Saint Michel e estou perfeitamente de acordo contigo; para visitá-lo há que escolher um dia de pouca gente (não deve ser fácil) de preferencia com frio e talvez “niebla”. Ir sózinho também não será má opção. Há coisas que é dificil partilhar no momento, são sentmentos muito pessoais.
Um abraço
xico, perdona que te contesté tan tarde pero he estado “pachucha”.Me gusta tu reflexión sobre los granos de arena. Personalmente me siento grano de arena a la manera de Pascal ” l ´infiniment petit”, frente a “l´infiniment grand”. No de manera individual, no por comparación.
En cuanto al Mont Saint Michel, es maravilloso en su contexto, contexto lleno de espiritualidad y belleza, cada día más difícil de hallar.
Un abrazo
Es algo increíble ver ese lugar tan bello. ¡Cuanto hay en la tierra para ver! Gracias por tus letras y por mostrar un lugar que parece de la ficción…
Un saludo para ti…
Adiós
C.
Carlos, te encantaría el lugar. Harías unas fotos muy bellas, de esto estoy segura!
Un abrazo
No me extraña que este siempre tan lleno. Es un paisaje de ensueño. Yo también lo tengo pendiente. Igual me apunto con Javier. Muchísimas gracias por compartir esta joya de la naturaleza coronada por el hombre. Un saludo
Concha, te encantaría! Pero en invierno! Hay que ir bien abrigado! A ver si organizamos una excursión.
Un abrazo
Bellas imágenes donde late el ojo de la poesía y de la creatividad como tu prosa poética… un abrazo y un beso querida amiga Rub
Perdona, rub, y antes Concha, por contestar tan trade pero he estado pachucha. Gracias, querido amigo por tu cálido comentario.
Un abrazo
Parece un Monasterio de cuento, de atmósferas sombrías y laderas vertiginosas.
Magnífico el texto que acompaña a las fotografías.
Disfruta de tu veraneo, querida Anne.
Gracias Mercedes, perdona la tardanza en contestar pero he estado un poco malita. Te encantaría el lugar, de esto estoy segura.
Un abrazo, amiga.