Dos portazos en las mejillas.
Un motor que arranca.
Un tubo de escape sobre la sien.
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Silencio y corazón al ralentí.
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Conservar un destello de luz .
Agarrarse a la negrura.
Y no caer en el lodo.
En el blanco de mis nudillos
todo el frío
todo el azul
todos los abismos
y toda la soledad
de los océanos
y su silencio de roca.
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Sobre tu piel,
estaban escritos mil poemas,
líneas marchitas en las palmas
de mis manos.
Soy la sombra fragmentada del cristal,
los ojos que miran hacía dentro,
el gesto que cierra la contraventana,
decrepitud entre la maleza.
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No se olvida el lenguaje de los vidrios rotos.
Sordera de su estallido,
tatuaje de esquirlas,
sangre envasada, lista para el consumo.
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Luz del anochecer
luz de perros vagabundos
refugio de sombras
alargadas y solas.
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En el silencio de las cosas muertas,
diviso tu sombra detrás de la ventana.
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Tiempo medido en suspiros,
globos de humo sobre el cristal
Sueños unidos en una escalera de átomos rotos,
un pensamiento de más y el mundo vuela,
uno de menos y la tierra me traga.
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¿Mereció la pena vivir?
preguntas a la grieta
que en ti, ha labrado la vida.
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Catacumbas de tu recuerdo
crujido de hojas muertas
en la sala de tus pasos perdidos.
Eres mi noche igual a todas las demás
la luz que se cuela dentro de la caverna
y runrunea sobre mis muslos de piedra.
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Topografía de mi cuerpo. Variada.
Topografía de mi cerebro. Sin explorar.
Topografía de mi alma. Plana.
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En el cuenco de mis manos,
exprimo la luz de lo oscuro
¡Saciar la sed de mis entrañas,
llenarlas de noche y olvido!
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El tiempo se pega a mi piel,
como moscas a la miel,
el cristal de mi reloj hace lupa con el sol,
mi cuerpo era de paja.
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No lo sabía.
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He pintado mi corazón
con un esmalte -Rojo pasión-
lo he sujetado con alfileres,
sobre la pechera de mi camisón.
Meandros de luna,
perfumes de marea
cargados de sueños,
brillos aleteando sobre
mi piel, playa abandonada
por los besos del ayer.
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A las orillas de la luna,
naufraga mi pena,
lejos de la órbita de tus pupilas,
naufraga mi pena,
dentro de la noche amarga
de tu ausencia.
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Bajo la mirada de la luna,
la líneas de tus manos
en las mías se funden,
itinerario de curvas imposibles,
giro de estrellas fugaces.
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Camino hacía la luna,
sobre tejidos de oro,
mar solar, rumor sordo
de un día que me abandona.
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P.S. Las fotografías son de Ralph Gibson.
Preciosa!
Gracias!
La vida y sus tristezas, la soledad esa eterna compañera que nunca nos abandona, se pierde y regresa y la angustia y la roca que nos oprime… pasas del ereotismo a la levedad del ser… muchos besos querida amiga Rub
Querido rub… la inconstancia del amor… así es su esencia.
Un abrazo, amigo.
Es maravilloso leer tus letras, me dejas el vaso lleno y quizás tus letras me hacen recordar a un tango de mi país…, letras que tienen el sabor de la vida…
Un abrazo
c.
Carlos, no sabes como me gusta que compares estos tweets a un tango! Me hace mucha ilusión. Gracias.
Un abrazo
Que post mas bellos. Las palabras entrelazan imágenes en blanco y negro y se acoplan a sus huecos. «Soy la sombra fragmentada del cristal,los ojos que miran hacía dentro», Me encantó. Gracias por este rincón de belleza tuyo.
Gracias Concha, hago lo que puedo, que no es mucho, pero me gusta!
Un abrazo
Anne, eres inagotable, desbordas poesía. Cuantas imagenes, cuál más bella… no sé. Las fotos en tus manos florecen. Gracias.
Ana! Qué exagerada!… pero me encanta que lo seas! Gracias y abrazos.