Michael Kenna. Mont Saint Michel.
Un eco gutural
Se extiende sobre la arena
La esperanza
De la primavera
La esperanza
Se muere
Dentro de mi alma
Espasmo de mar y de luna
Y tus ojos
Vierten sin tregua
La añoranza
Del pasado
La añoranza
Que se hunde
Dentro de mis venas
Convulsión de tu muerte,
Vida.
La añoranza y la esperanza son compatibles, afortunadamente. Bonito modo de expresarlo.
La esperanza, siempre!
Un abrazo
La esperanza llena de recuerdos y de expectativas ante la vida. Que seríamos sin ella. saludos anne
Sin esperanza no hay vida que valga.
Un abrazo
Los ciclos que van y vienen, las estaciones, el mar… la muerte, la vida. La vida y la muerte. No hay una sin la otra, no hay esperanza sin amenaza. Y esa gárgola… y dentro de mis venas, convulción de tu muerte, vida. Aquí, de vez en cuando, le decimos «vida» al ser amado. En fin. Como siempre pones a rodar las palabras para que se choquen y chispeen. Un abrazo Anne.
Ana, la gárgola pertenece al Mont Saint Michel, un lugar que a buen seguro te inspiraría algún cuento. Aquí también (de vez en cuando!) le decimos vida al ser amado, la suya, la nuestra confundida en una, aveces azarosa. Gracias, Ana.
Un abrazo, amiga, desde Normandía.
Me gusta la respuesta a Zambullida… «La esperanza siempre»… siempre, siempre…
Un saludo
C.
Carlos. en este viernes santo… la esperanza siempre, siempre!
Un abrazo
La esperanza de la primavera, la añoranza de un pasado perdido. Que bien defines el espíritu de la Pascua. Un abrazo
Esa era un poco mi intención, Concha. Gracias por verlo.
Un abrazo
versos a la melancolía, la primavera como onda de esperanza que convulsiona con espasmos dentro de. Un abrazo y besos querida amiga Rub
La primavera, querido rub, se está haciendo de rogar en estos lares, ya pesa el invierno y su tiempo tan melancólico.
Un abrazo
La esperanza, siempre!
Bien à vous,
R.C.
Merci, cher R.C. Je vous écris en bref.
Bien à vous,
Anne