La nuit je vole. Antoine Josse.
llegada la noche,
llegado el silencio,
Vuelo
.
olvidada la pesadumbre,
olvidado el insulto,
Vuelo
.
con los ojos bien abiertos,
apartados de los sueños,
encima de mis fallas,
y muy dentro de mí,
Vuelo
.
caos del universo,
sequia de mareas,
sobre mi alma,
de carne y hueso,
Vuelo
.
asumidos el exceso
y la pasividad de mi vida
.
Vuelo
Beve, intensa, musical, la siento como el gran escape… un abrazo grande rub
El escape de los sueños que se hacen en un estado de semi vigilia.
Un gran abrazo, querido rub.
Anne, al final… me dejaste volar a pesar de «el exceso y la pasividad de mi vida». Gracias por esa licencia que a veces me pesa como un pecado. Y vuelo. Un abrazo y gracias!!!
Ser pasiva y excesiva, una gran dualidad que, a pesar del lastre, no impide volar.
Un abrazo y gracias por estar, hermanita escritora.
Gracias por haberme hecho volar con tus versos. Un saludo
Gracias a ti, Concha, por volar hasta mi blog. Un placer reencontrarte después de mi larga ausencia veraniega.
Un abrazo
A veces la pasividad es más activa de lo que uno cree. Bellos versos, Anne.
Tienes razón, zambu. Lo difícil, quizá, sea conjugarla.
Un abrazo
Volar es, posiblemente, una ficción. Y puede que sea mejor así. ¿Recuerdas el albatros de B.?
Abrazos, siempre
Amando, el albatros de Beaudelaire es uno de mis poemas preferidos, mi madre pidió que se lo recitará el día de su muerte para ayudarla a emprender su último viaje.
Un abrazo.