Cuando te recuerdo, Myanmar, te recuerdo rojo…
… rojo como las túnicas de los niños que los monjes budistas alojan, alimentan y educan…
… rojo como los templos budistas del valle de Bagan…
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…rojo como las dentaduras de muchos camboyanos, rojo provocado por la masticación de hojas de betel, planta que alivia el hambre, tiene efectos narcóticos y estimula…
…rojo anaranjado como la laca de esta caja de betel que me traje de recuerdo y que ahora contemplo, huelo y toco, con añoranza…
…rojo oscuro como el longyi (sarong típico de Myanmar) de Ko-Yé, nuestro guía que habla seis idiomas a la perfección (la mayoría de ellos aprendidos en solitario con el método Assimil).
…rojo como las salvajes laderas del lago Inle bajo la luna llena. Indómitas de pasión contenida, sinuosas de languidez.
Gracias Anne por compartir ese viaje al centro de un color tan intenso como el rojo. Un abrazo!
Gracias a ti, Ana Maria…los viajes compartidos con amigas son es-tu-pen-dos! Un abrazo!
Bello lo que nos muestras querida Ann. Nos llevas de la mano y de los ojos para conocer el rojo en sus dimensiones. Los dedos rojos del paisaje te tomaron la foto, donde te miras bella… un abrazo grande
Muchas gracias querido rub! Feliz de reencontrarte por esos lares.
Un fuerte abrazo
¡que alegría! ¡Has vuelto! Espero que sea para quedarte…y que nos hagas felices con tus relatos y con (como ahora) las vivencias de tus viajes.
Un abrazo.
Jota
La alegría es mia! Muchas gracias jota.
Un abrazo
Me alegra verte de nuevo y ver que tu ausencia a sido por algo tan bello y fructífero como este viaje. Que hermosas imágenes nos obsequias con tus imágenes y con tus palabras nos hablas de tus recuerdos. Fantástico!!
Un abrazo
Cristina
P.d. Al ver tu silencio pensé que te había pasado algo, me alegra que fuera tu viaje
Querida Cristina, aunque este viaje date de unos años, no me ha pasado nada grave. Solamente un poco de cansancio. Me alegra volver a encontrarme contigo y compartir vivencias. Te agradezco los comentarios así como el cariño :).
Un fuerte abrazo,
Anne