Fotografía Úrsula Abresch.
Bajo la superficie mansa de la lluvia
ondea el jardín de incienso y de niebla,
entre prismas de luz y el correr de las nubes,
la mica sobre la piedra, resplandece,
inaprensible fulgor de nácar y mareas,
espuma de los días que en mis ojos, florece.
Todo es ceremonia en el jardín salvaje de la infancia. Neruda.
«Espuma de los días que en mis ojos florece»…Precioso Anne.
J, agradezco tu asiduidad y me alegro que uno de mis versos te haya llegado, recompensa mi esfuerzo con creces.
Un abrazo,
Ese florecer es bueno, ¿no?
Florecer siempre es bueno, creo. Un abrazo, zambu.