Fotografía Úrsula Abresch.
Una amapola se enciende
y todo es urgencia
bajo la cúpula del mundo.
Todo es ceremonia en el jardín salvaje. Neruda.
Giuseppe Arcimboldo. Primavera.
Exuberancia era la de tu jardín
Padre
Exuberancia donde te convoco
tiemblan los átomos entre los espinos rosas, zumban las abejas, mil capullos diminutos, efervescencia de corazones abiertos, lluvia de seda sobre rostros alzados, intuición de gaviotas surcando el cielo, roce rítmico de los enganches de la hamaca al rozar los troncos, indolencia bajo la pesada cortina del sueño, desorden olfativo de los clavos de olor, estás cerca, canta un mirlo en tu mano y un gallo en la granja de al lado, los márgenes del estanque se desdibujan … explosión de narcisos, de lirios y de calas, entre los helechos: ¡tu mona de Pascua! ¡pasaron las campanas!, me dices con los ojos brillantes, tu barba huele a tu colonia, me hace cosquillas, rumor de risas son tus palabras, ondas de luz, incandescencia de las ginestas, espiral dorada de infancia
Exuberancia la de tus camelias
Padre
Que con voluptuosa corona
Te celebran.
Todo es ceremonia en el jardín salvaje de la infancia. Pablo Neruda.
Populus nigra hojas II. Pilar Pequeño.
Y la lluvia ametralla el zinc y resbala sobre el cristal, humedece mi rostro y el barro me succiona y bajo la superficie desdibujada del estanque relincha un caballo blanco con sus crines enredadas de viento, pastan vacas detrás de la monotonía empañada de la ventana y huele a estiércol y un botón de oro, allá lejos en los campos de manzanos, alumbra mi barbilla de cosquillas y el cielo negro se abre en circunferencias ascendentes de luz gestadas entre monstruosas raíces de ninfeas y se forman ojivas en concavidades enfrentadas de conjuntos de lluvia, gota a gota, y en ellas asciendo, enjoyada de aurora, hasta tumbarme sobre el tierno y jugoso musgo de tu regazo de piedra.
Todo es ceremonia en el jardín salvaje de la infancia. Pablo Neruda.
Flor de limonero. Pilar Pequeño.
Delirio giratorio
bajo la flor del limonero,
libar su opulencia
hasta perder el sentido
hasta perder la piel
hasta la mudez
hasta la sordera
hasta el vacío blanco
fuera del surco devastado
donde en mí, es piedra.
Todo es ceremonia en el jardín salvaje de la infancia. Pablo Neruda.