Viajando por Noruega. Oslo.

 

31/3/12.

 

En Oslo florecen los narcisos en las jardineras y en el mercado de flores. En los parques la hierba está parda tras los rigores del invierno y los árboles  verdean bajo el empuje de la savia aunque dicen que va a volver a nevar.

 

Nada hace presagiar una vuelta del invierno a pesar del frescor del aire. En el puerto suenan las risas de los niños (¡Cuantos niños hay en Oslo! Trozos de cielo capturados en sus miradas al ras de sus gorros de lana. Risas sobre patines, frenazos de bici, trenzas al vuelo, globos de colores)… ¡ Y rabietas!

 

Nubes blancas sueltas en una atmósfera muy pura.

 

En la ópera, detrás  de la pared de cristal, deslumbramiento de luz y de nubes, momento de paz, Munch suaviza su grito, el cielo se desliza dentro de los ojos, el frescor de los fiordos revigoriza la sangre, torrente de venas orladas de narcisos. Silencio de la primavera noruega muy lejos de la pena oscura.

 

 

1/4/12

Hoy huele a nieve. El viento se ha llevado las risas, raspa la orejas y se introduce, sibilante, en los tímpanos.

Se oyen crujidos de ramas, el chirrido agudo de las gaviotas y  el de otras aves de cabeza negra.

Un acordeonista toca la canción de Lara del doctor Zhivago. En el suelo unas bolsas de plástico se inflan, emprenden vuelo asidas a una ráfaga para desinflarse unos metros más tarde enredadas como volutas alrededor de los pies del músico.

En el Viking Ship Museum, la proa esbelta de una embarcación fabricada por hombres cuya sangre navega por mis venas me invita a proseguir mi viaje hasta  las tierras inhóspitas del norte, hasta Kirkeness, pueblo colindante con Siberia.

P.S. Sí sobrevivo al frió (¡creo que sí porque voy bien equipada… y no voy a alojarme precisamente en un igloo!),  pero sobretodo si hay cobertura internet, os iré informando de mi viaje.

P.S.1 ¡Presumo mucho de mis orígenes vikingos pero, visto mi poca resistencia a los rigores climatológicos, creo que mis genes, después de generaciones enraizadas en tierras galas se han quedado un tanto… afrancesados!