Ceremonia en el jardín salvaje. Desmesura.

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Pierre Bonnard. El jardín.

Todo era desmesura en el jardín de mi infancia, los tallos de las margaritas, que en islotes salpican la hierba, el vuelo del columpio entre flores de manzano, el ladrido de un perro detrás de la tapia, la languidez malva de los lilos, perfume respirado, inspirado, respirado hasta evaporarse dentro y fuera, fuera, inmensamente fuera, mosaico de luz sombreado de hojas sobre mi rostro tendido, peonza loca que gira y gira hasta perder el aliento, minúscula gota de saliva, rocío en suspenso sobre la punta de una rama, divina incandescencia de una flor de camelia, cuyo impacto, sordo, sobre la tierra, fecunda mi retina.

 

Todo es ceremonia en el jardín salvaje de la infancia. Neruda.

 

Ceremonia en el jardín salvaje. Nácar.

Cita

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Fotografía Úrsula Abresch.

Bajo la superficie mansa de la lluvia

ondea el jardín de incienso y de niebla,

entre prismas de luz y el correr de las nubes,

la mica sobre la piedra, resplandece,

inaprensible fulgor de nácar y mareas,

espuma de los días que en mis ojos, florece.

 

Todo es ceremonia en el jardín salvaje de la infancia. Neruda.

Ceremonia en el jardín salvaje.

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Giuseppe Arcimboldo. Primavera.

 

Exuberancia era la de tu jardín
Padre
Exuberancia donde te convoco

tiemblan los átomos entre los espinos rosas, zumban las abejas, mil capullos diminutos, efervescencia de corazones abiertos, lluvia de seda sobre rostros alzados, intuición de gaviotas surcando el cielo, roce rítmico de los enganches de la hamaca al rozar los troncos, indolencia bajo la pesada cortina del sueño, desorden olfativo de los clavos de olor, estás cerca, canta un mirlo en tu mano y un gallo en la granja de al lado, los márgenes del estanque se desdibujan … explosión de narcisos, de lirios y de calas, entre los helechos: ¡tu mona de Pascua! ¡pasaron las campanas!, me dices con los ojos brillantes, tu barba huele a tu colonia, me hace cosquillas, rumor de risas son tus palabras, ondas de luz, incandescencia de las ginestas, espiral dorada de infancia

Exuberancia la de tus camelias
Padre
Que con voluptuosa corona
Te celebran.

 

Todo es ceremonia en el jardín salvaje de la infancia. Pablo Neruda.

 

¡Es mío! ¡Mío, mío!

365954B089D0D0E599D3B08CA40F4577_B1280_1280_1024_682Fotografía Raquel Lopez- Chicheri.

 ¡No me lo quites! ¡Es mío! ¡Mío, mío! ¡Mi mundo es mío! ¡La arena de la playa pegada a mi pies, la sal que me escuece la piel, el olor a algas que impregna mi traje de baño y la piedrecita con forma de corazón que guardo en mi bolsillo, el viento que enreda mi pelo, el sol amarillo, el cielo azul y las gaviotas de mi dibujo, los volcanes y su cimas, los cactus y las palmeras del jardín, mi escondite bajo la escalera, mi parche de pirata, mi espada de palo y el tesoro enterrado bajo la piedra, el caracol y el escarabajo, mi osito de peluche bajo el edredón, la luna detrás de la cortina, el mundo es mío, mío, mío!