Dreaming.

Marilyn Monroe. The last sitting. Bert Stern.

Cuando, en un  claro oscuro, veo tu sombra acercarse, cuando siento el calor de tus brazos rodearme la cintura, cuando tu boca se aferra a mi cuello y lo mordisquea y cuando la promesa húmeda de tu aliento socava mi nuca, mis contornos se vuelven nítidos y dejan de mentir. Las dudas se despejan, la distancia deshace su lazo  corredizo de añoranzas y culpas, las agujas del reloj nos agarran con sus tenazas para tirarnos de nuevo en el ruedo del deseo, magia de una tarde de verano.

Por los huecos de las persianas cerradas se cuelan puntitos de luz, bailan sobre nuestros cuerpos enlazados, raíces subterráneas germinando bajo humedales del sur. Riadas de luminiscencias escurridizas y saladas se labran camino entre mis pecas, se cuelgan en la punta de tus pestañas y se escurren, exóticas, por las comisuras de nuestros labios ávidos de piel y de cada uno de sus pliegues.

Cuando todo se disuelve y tiemblo bajo tu peso, cuando me recubres y el universo se vuelve blando y yo, tierra abierta, los espejos se rompen, y, por fin,  puedo cabalgar, oscura y densa, hasta el fondo del laberinto donde  siempre me estuviste  esperando.